Hace poco me hice un test de personalidad. El motivo? Me había hecho el mismo test de Jung hace unos cinco años, y mi esposo tenía curiosidad de saber en qué aspectos había cambiado, así que encontró uno y me leyó las preguntas mientras yo respondía sin pensar mucho. Al finalizar me dijo: Wow! Eres tu exacto opuesto de la versión anterior. Para los entusiastas en psicología yo era un “ESTJ” (Extroversion/Sensing/Thinking/Judging) y ahora resulta que mi forma de ver la vida me define como un “ENFP” (Extraversion/INtuition/Feeling/Perceiving). Cabe aclarar que no hay tipos de personalidad mejores o peores, buenas o malas, correctas o incorrectas. Simplemente, todas las personalidades tienen el potencial de alcanzar la luz o la sombra. Y es un buen punto de partida si te interesa conocerte mejor y descubrir tus potenciales fortalezas y debilidades. Si te interesa hacer la prueba, aquí va un link en el que descubrirás en pocos minutos tu tipo: Link (https://www.16personalities.com/es/test-de-personalidad)
Yo creía que no era posible “cambiar de personalidad”. Pero después de hacerme el test, y sabiendo todo lo que he recorrido en los últimos años, ahora sé por experiencia propia que tu perspectiva de ti mismo es lo que determina tu personalidad, y por lo tanto, sí puede cambiar. No porque una personalidad sea mejor que otra, y debamos intercambiar una con otra para mejorar. Sino porque quizás la primera vez que te realizaste el test, éste no reflejaba tu auténtica forma de ver la vida. En mi caso, me di cuenta que hasta hace poco no me conocía realmente. No sabía lo que me gustaba, lo que no me gustaba, cómo actuar frente a una encrucijada, o cómo utilizar mis emociones como mi guía interior. Es por esto que probablemente muchas de mis respuestas anteriores estaban sesgadas o demasiado pensadas.
En todo caso, sea cual sea la razón, ahora cuando miro atrás y veo mi antigua forma de ver la vida, ya no me identifico para nada con el tipo de persona que soy ahora. A diario me escriben viejos conocidos para resaltar cómo he cambiado, me dicen que mi transformación es asombrosa, y lejos de asustarme o sentirme ofendida, debo admitir que ese tipo de comentarios son los mayores cumplidos que he recibido hasta ahora. El viejo ”nunca cambies” que escribía en las tarjetas de felicitación ha quedado atrás, pues es inevitable que cambies si no deseas estancarte. Ahora me siento libre, feliz, llena de energía y vitalidad, con muchas ideas y proyectos en mente, y con una vida diseñada a mi medida que se va desencadenando placentera y deliciosamente!
Me siento feliz de conocer mi tipo de personalidad. Pero me siento aún más feliz de (ahora sí!) conocerme a mí misma. De poder expresar mis opiniones sin temor. De experimentar mi libertad sin temor a fallar. De la resiliencia que he desarrollado en el transcurso de mi vida, la cual como un músculo fortalecido me ayuda a levantarme cuando me caigo. De mi feminidad divina. De mi sexualidad. De mi cuerpo. De mi mente. De mi carrera. De mi mensaje al mundo, que va tocando vidas, y uno a uno generando un efecto dominó infinito. De mi familia. De mi relación conyugal. De mis hijos. De mi relación saludable con mi familia expandida, así como con mi familia política. De mi oscuridad, que me ha catapultado a la incandescente luz desde la que hoy experimento mi vida. De saber todo el potencial que me espera conforme siga alineándome con mi esencia y creando mi vida desde la nueva versión que creo de mi cada día.
Por eso, hoy con el corazón en la mano vibrando de alegría, te invito a que comiences este camino de descubrimiento interior. Asusta, lo sé, porque a nadie le gusta ir a la oscuridad, y mucho menos encontrarse con puntos ciegos negativos sobre uno mismo. Pero créeme, la consciencia de ti mismo es lo único que te catapultará hacia todo lo que deseas en la vida!
“No es posible despertar a la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”. Carl Jung
Nathalie Jaramillo (escrito en 2016)
